24 de marzo de 2022.
Jornada especializada en la sede de la UNIA en Málaga.
El Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030 ha reunido a empresas, Universidad e instituciones en una cita para el análisis conjunto del papel del tejido empresarial en la “hoja de ruta transformadora” que propone la Agenda 2030. A los retos que entrañan pobreza o el cambio climático se suma hoy la incertidumbre geopolítica. Un contexto en el que las empresas están llamadas a un renovado compromiso social.
La sede en Málaga de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) ha acogido este jueves la celebración de “El estado del planeta en el 76 aniversario de la ONU”, una jornada especializada del Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030 (OECA). Resultado de la alianza de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y de Unicaja Banco, OECA ha contado en esta cita con la colaboración de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), la UNIA y el Foro de Empresas Socialmente Responsables de la provincia de Málaga (FESRPM).
El evento, de carácter híbrido, ha girado en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas; su llamada a las empresas a contribuir a un futuro más inclusivo e integrador, y los retos del multilateralismo en el siglo XXI. Todo ello con las incertidumbres de carácter geopolítico como telón de fondo. En su ponencia, Manuel Bellido, director de OECA, reflexionaba: “¿Cuál es el estado actual del planeta? Es una pregunta compleja, porque por estado de salud del planeta se puede entender el estado como masa física o el estado de la humanidad. Ambos estados de salud son bastante precarios, por no decir graves, en algunos casos. Los recientes descubrimientos de los científicos intentan darnos a entender cómo funciona el planeta; algo que tendría que ser muy importante para los humanos. Las perspectivas de los científicos son hoy muy inquietantes, aunque sus mensajes contienen también una buena dosis de esperanza porque nos dan pistas de cómo arreglarlo”. El periodista y divulgador señala: “Todos estamos llamados a encontrar una solución a la crisis a la que se enfrenta nuestro planeta. La Agenda 2030 es una buena caja de herramientas para aportar soluciones».
En la mesa redonda “El compromiso sostenible de las empresas” han intervenido Juan Manuel Llamas, consultor de Sostenibilidad y Desarrollo Responsable en Green Globe SyPA S.L.; Elena Moreno, responsable del Área de Desarrollo Sostenible en FYM-Heidelberg Cement; Sonia Santos, responsable de Sostenibilidad y Sistemas de Gestión en Holiday World; y María José Rueda, técnico de la Dirección de Sostenibilidad y RSC de Unicaja Banco. Tras ellos, la disección de “Los retos del multilateralismo del siglo XXI”, a cargo del director del Instituto de Estudios de Naciones Unidas.
Ante un cambio de era
Como ha expuesto Enrique Yeves, “cuando creíamos estar empezando a superar la crisis ocasionada por la pandemia de la COVID-19 nos estalló inesperadamente el conflicto en Ucrania empeorando todavía más la situación mundial en muchos frentes además del bélico: el deterioro de los Derechos Humanos, el impacto sobre el cambio climático, los límites de la gobernanza mundial, la sensación de inseguridad o el retroceso en la hoja de ruta de los grandes retos globales conocida como la Agenda 2030”.
Para el director de ONUES, “Naciones Unidas debe jugar un papel clave para solucionar estos retos colectivos, pero no parece estar a la altura en este mundo caracterizado por el choque de bloques, el enfrentamiento crispado y un incremento de los desafíos como la migración, la pobreza o el hambre. Quizá deberíamos plantearnos una reforma radical de la ONU, -una organización creada hace 76 años en una situación geopolítica muy distinta-, especialmente del Consejo de Seguridad, anclado en la inoperancia del privilegio del veto de los poderosos”.
Ha redondeado la cita la vicepresidenta ejecutiva y secretaria general de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM). Acerca de los ODS, Natalia Sánchez Romero ha recordado la importancia de “avanzar en su integración en la estrategia de las empresas, generando así un entorno de valor en lo económico, lo social y lo medioambiental, que repercute también en la rentabilidad y en la competitividad de las propias empresas, actuando como elemento tractor del desarrollo”. Sin embargo, ha indicado Sánchez Romero, “aún debemos profundizar en estas materias para establecer una adecuada estructura económica, ambiental y social. Y las decisiones que, en este sentido, se tomen desde el ámbito público deberán ir coordinadas con el sector privado para que se pueda generar con su aplicación el esperado impacto”.