7 de abril de 2021.
Foto destacada: @ACNUR/UNHCR
«Los refugiados no son números, son personas».
El Observatorio Empresarial para la Consecución de la Agenda 2030 (OECA), promovido por CEA en colaboración con Unicaja Banco, ha celebrado una nueva edición de sus Diálogos OECA bajo el título “ACNUR. Refugiados: no son números, son personas”. En esta ocasión ha contado con la participación de José María Gil-Robles, presidente del Comité español de ACNUR, y Enrique Yeves, director del Instituto de Estudios de Naciones Unidas, con Manuel Bellido, director de OECA, como moderador del debate.
José María Gil-Robles, quien ha recordado que ACNUR “es una de las pocas cosas positivas que surgen de la Segunda Guerra Mundial”, especifica que la labor del organismo “es la de tratar de prestar protección y apoyo a los refugiados”, y apunta: “Deberíamos echar la vista atrás y darnos cuenta de que todos, en algún momento de la Historia, hemos sido refugiados”. Gil-Robles explica la diferencia entre desplazado y refugiado: “La huida es la misma, las razones las mismas, pero la diferencia es si te ves obligado a cruzar las fronteras de tu país”.
El presidente del Comité español de ACNUR califica la situación actual como “desastrosa”. Indica que son casi 80 los millones de personas en el mundo obligadas a huir de sus hogares; una de cada 100 personas. Avanza como factor clave el cambio climático, “que va a hacer que el número de personas que se ven forzadas a abandonar sus hogares no deje de crecer”.
Sobre la realidad de los refugiados, Gil-Robles destaca que lo primero a lo que se enfrentan es a “salir de donde están. Lo segundo es qué hacer con su vida. Todos se van con la esperanza de poder volver a sus hogares. En ocasiones es posible; en ocasiones pasan años”. Apunta que, pese a ciertas creencias, “hay gente con una gran preparación y que, a pesar de sus dificultades iniciales con el idioma -que les duran muy poco tiempo-, es gente culta”.
Revela que hay pocos países dispuestos a aceptar a refugiados para que desarrollen su vida siendo Turquía, Colombia, Paquistán o Alemania los que más acogen. “A todos los países les preocupa que abrir las puertas a refugiados provoque reacciones políticas o reacciones no deseables”, lamenta, para añadir que para que Europa y otras zonas del “primer mundo” abran “de verdad” sus puertas a estas personas “hace falta un ejercicio de comunicación a sus poblaciones sobre cuál es su problemática. Y no se está haciendo”. No obstante, reconoce: “Aunque las cosas no progresan al ritmo que nos gustaría, progresan. Hay motivos para ser optimistas”.
“Un fracaso colectivo”
Para Enrique Yeves, director del Instituto de Estudios de Naciones Unidas, ACNUR “es una de las agencias que está tomando un gran liderazgo en muchos temas”, especificando que el organismo trabaja “para que esos refugiados tengan la protección del derecho que les ampara. Que existan refugiados es un fracaso colectivo”. Yeves asevera que, en general, el tratamiento de los países a las crisis de refugiados se ciñe a “tratar de que no lleguen a tu país”. Ofrece datos reveladores: “En Europa, la media de los compromisos que se atienden está en torno al 33%. Y la realidad es que, de cada cien personas que piden un estatuto de refugiado, en España se le da a un 5%”.
El director del Instituto de Estudios de Naciones Unidas, que lamenta la situación vivida por los refugiados en la pandemia en 2020 -en su punto álgido, 168 países cerraron total o parcialmente sus fronteras-, aboga por la necesidad de que no veamos el reto de los refugiados como algo ajeno a nosotros. Insiste en la responsabilidad de cada uno de “saber en quién estamos delegando los compromisos políticos a nivel nacional”.
Como es habitual en los Diálogos OECA, José María López, director de RSC de Unicaja Banco, se unió a la conversación reconociendo que “nos puede parecer que la cuestión de los refugiados en Europa nos coge algo lejos”. Sin embargo, López subraya: “Estamos en un momento muy importante de recalibración de roles y el papel del sector financiero va a ser fundamental”.