LA INICIATIVA PRIVADA Y LA EMPRESA, REFERENTES DE LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA

Artículo del presidente de la CEA publicado en Agenda de la Empresa Nº 197

Tras un largo periodo de enormes dificultades, que se han llevado por delante más de 53.000 empresas andaluzas, el 20% del empleo regional, y que ha provocado que, en términos equivalentes, nuestra economía haya retrocedido más de diez años; para 2015 los analistas pronostican un comportamiento económico más favorable en nuestro país y en nuestra comunidad autónoma, aunque éste no esté exento aún de riesgos. Un comportamiento que nos pudiera llevar definitivamente a dejar atrás esta crisis que ahora lo cuestiona todo.

Una oportunidad de recuperación que confluye en el tiempo con un nuevo ciclo político en nuestras instituciones comunitarias, y con un nuevo marco plurianual para el desarrollo de actuaciones, donde se han fijado unos objetivos ciertamente ambiciosos para el horizonte temporal de 2020.

No obstante, los daños en nuestra sociedad y en nuestra economía han sido muy serios, por lo que ahora afrontamos unos retos ineludibles si queremos volver a situarnos en condiciones de recuperar un sitio privilegiado entre las economías modernas y desarrolladas.

Unos retos que se evidencian claramente en la magnitud que ha llegado a alcanzar el desempleo en nuestro país y, más concretamente, en Andalucía, donde en los últimos seis años se perdieron más de 600.000 puestos de trabajo, y asistimos cada día al drama social y económico que supone que cerca de un millón y medio de personas –una de cada tres- no encuentre un empleo, con especial incidencia entre la población más joven y entre los colectivos con mayores riesgos de exclusión, con enormes consecuencias sobre la igualdad social y territorial.

El entorno macroeconómico se está recuperando, y se empieza a crear actividad y empleo neto. Pero la recuperación del escenario macroeconómico no será óptima ni estable, si ello no se acompaña de la recuperación en términos de igualdad de oportunidades para todos, siempre complementada con el impulso y la puesta en valor del esfuerzo, el compromiso y el trabajo personal para progresar.

Los retos son grades, y por ello es fundamental que en Andalucía pongamos sobre la mesa propuestas estratégicas bien definidas, incluyentes, y que se desplieguen mediante tácticas eficientes.

Una estrategia y táctica que, en materia de política económica, ineludiblemente debe tener como referente principal a los sectores privados y a la empresa; pues las iniciativas empresariales privadas se configuran como vectores para poder transformar la actividad económica que se desarrolla en un territorio en más riqueza, en más empleo y en mayor bienestar y progreso social.
Para favorecer su éxito, las iniciativas privadas deben poder desarrollarse en un entorno y en un marco institucional adecuado; siendo ésta una responsabilidad que compete a nuestros poderes públicos.

Debemos ser conscientes de que dar la vuelta a la situación desesperada que se vive en nuestro mercado de trabajo y en muchos colectivos sociales, sólo será posible mediante la reactivación de la actividad productiva y el adecuado estímulo al desarrollo de las iniciativas empresariales, siendo –reitero- responsabilidad de los poderes públicos promover las condiciones favorables para el progreso social y económico.

Esta responsabilidad afecta a la mejora, racionalización y simplificación del marco normativo, a una mayor eficiencia en la gestión administrativa, o a la garantía de la libre competencia y la libertad de empresa, pero, también, debe tener adecuado reflejo en las políticas públicas, estatales y autonómicas, de fomento e impulso de los sectores productivos, el emprendimiento y el empleo.
Pues, sólo desde la iniciativa privada y la empresa se podrá crear empleo en las dimensiones que actualmente requiere nuestro mercado laboral. Pero, para ello es imprescindible que las actividades privadas puedan disponer de las condiciones más favorables posibles, algo que no será posible sin el apoyo y la sensibilidad de nuestras instituciones públicas.

Un apoyo y sensibilidad que debe materializarse y articularse a través de medidas concretas y urgentes de reactivación económica y de impulso que, sin poner en riesgo nuestros compromisos con la necesaria consolidación de las finanzas públicas, permitan acompasarlos con la también necesaria recuperación de la actividad y el empleo en nuestras empresas; en definitiva, con la necesaria recuperación de las economías empresariales y familiares en Andalucía; que nos devuelva dosis de confianza y credibilidad en nuestras instituciones.

En otras ocasiones lo he afirmado: no existe mayor factor de progreso que la creación de riqueza y empleo. Apostar por las empresas, por tanto, es apostar por la solución a tantos problemas de miles de ciudadanos. Porque, ciertamente, no existe nada más progresista que ser empresario.