Sevilla 31 de marzo de 2023. Fuente: rrhhdigital.com
La famosa frase de Francis Bacon de que la información es poder ha perdurado a lo largo de los años, aplicándose a todos los ámbitos posibles. Actualmente, hay infinitas formas de acceder a ella, pero una fundamental es a través de la educación. El aprendizaje y la adquisición de conocimientos nos abre las puertas no sólo a poder estar más informados sino a saber diferenciar si ésta es veraz o no, así como a identificar problemas o las herramientas necesarias para poder solucionarlos, entre otros muchos aspectos.
Durante nuestra vida, tanto personal como laboral, todos tenemos que hacer frente a situaciones complejas y para ello es importante tener un buen equilibrio mental, físico y social. Muchas veces nos dejamos llevar por el estrés y las prisas en nuestro día a día sin pararnos a pensar que disponemos de herramientas para afrontarlos y prevenirlos. Este es un aspecto que cada día cobra más fuerza en el entorno laboral, donde España tiene el triple de bajas laborales y absentismo que la media europea, según la Asociación Española de Especialistas en Medicina del Trabajo y donde sólo el estrés laboral supone el 25% del total de las bajas laborales, según la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo.
Afortunadamente, cada vez son más las organizaciones que apuestan por promover un entorno saludable en el que sus trabajadores se muevan en un estado de bienestar a todos los niveles y se eviten daños derivados de los riesgos psicosociales como la ansiedad, el insomnio o el aislamiento.
Aprender a identificar y prevenir los riesgos psicosociales
La promoción de un entorno laboral saludable pasa por desarrollar y aplicar la psicoeducación. Cuando hablamos de psicoeducación, o educación para salud en el trabajo lo que pretendemos es ofrecer al trabajador y a los mandos intermedios todas las herramientas necesarias para promover y prevenir su bienestar para que pueda desempeñar su función de la mejor forma posible. Entre otros aspectos, consiste en poner a su alcance la capacidad de conocer cuáles son los riesgos psicosociales que pueden poner en peligro un correcto desarrollo de su día a día laboral y cómo prevenirlos, respondiendo a preguntas como qué se hace, por qué, con qué recursos y con quién, entre otras.
- Y esto se consigue en base a tres factores:
-Identificación y evaluación de los factores de riesgo psicosocial que puedan existir, con el objetivo de controlarlos, reducirlos o eliminarlos para que causen el menor impacto negativo posible en la salud de los trabajadores y su entorno.
-Prevención en todos los niveles. Resulta fundamental anticiparse a ellos, respondiendo de forma efectiva en el caso de que ya hayan surgido y paliar los efectos que hayan podido generar, estableciendo los procedimientos que eviten futuras situaciones de riesgos psicosociales.
-Desarrollo de estrategias de intervención complementarias para prevenir dichos riesgos, implicando a todos los actores, es decir, desde las instituciones públicas con sus diferentes políticas, las empresas y las organizaciones e involucrando a los propios trabajadores.
Contar con asesoramiento profesional
Estos tres puntos aplicados de forma multidisciplinar y transversal ayudarán sin duda a reducir la posibilidad de que aparezcan consecuencias negativas para la seguridad y la salud de los trabajadores y de que se genere un ambiente laboral sano.
Para poder llevar todo esto a la práctica la mejor opción es contar con ayuda profesional, a través de expertos cualificados con toda la formación en psicoeducación necesaria y que pueden brindar a las empresas y sus trabajadores todo su conocimiento.
Hoy existen multitud de herramientas para poner al alcance de las empresas, como el Programa de Ayuda el Empleado (PAE), que ofrece asesoramiento psicológico para resolver y gestionar las situaciones complicadas que afectan a su buen funcionamiento. Implementar este tipo de ayuda en las empresas es garantía de seguridad y bienestar emocional de sus trabajadores. Una compañía con empleados sanos es una compañía sana.