21 septiembre de 2018.
Artículo del Presidente de CEA para Agenda de la Empresa Nº 237.
Ser empresario supone valor, carácter, confianza, inspiración, entusiasmo, iniciativa, asumir riesgos, tener mucha autodisciplina y sana ambición. No se trata de un oficio, tampoco de una profesión. Es una vocación empresarial que, como tal, tiene que ser generosa y transitar por el camino de la responsabilidad y la ética.
El empresario, por tanto, ni nace ni se hace. Son hombres o mujeres que tienen una idea, un empeño o una ilusión y que, por llevarla a cabo, ofrecen su trabajo, sus conocimientos o su patrimonio. Esa idea puede ser la transformación de su actividad profesional por cuenta ajena en una estructura empresarial, la invención de un nuevo producto o de un sistema de producción, o la renovación del propio negocio familiar ya existente. Son muchos los ejemplos y los caminos empresariales a seguir.
Las posibilidades para ser empresario son difíciles de contabilizar, pues son tantas como aquéllos que ejercen su actividad en la actualidad. Entre los empresarios existe una figura, que todas las administraciones pretenden seducir y que es objeto en numerosas ocasiones de promesas incumplidas: los sufridos autónomos. Su fortaleza es admirable y se nos presentan como los “Hércules” del siglo XXI. La actividad del autónomo resulta tan ardua como la del titán mitológico de la antigua Grecia. Son los héroes anónimos de nuestro tiempo.
Los empresarios autónomos siempre han tenido un sitio en la Confederación Empresarios de Andalucía. No en vano en la Comunidad andaluza ejercen su actividad unos 300.000 empresarios individuales, que suponen cerca del 60 por ciento del tejido empresarial andaluz.
En este compromiso de CEA con el autónomo se dio un paso muy importante cuando en febrero del pasado año, se suscribió un acuerdo por el que ATA-Andalucía se incorporó como organización miembro de pleno derecho a CEA, con el fin de fortalecer la representación empresarial andaluza y especialmente de los autónomos en nuestra región.
Desde entonces, ambas organizaciones vamos de la mano en la promoción de la actividad empresarial y el autoempleo; la mejora de la fiscalidad empresarial y profesional; la financiación para el ejercicio de la actividad económica; y la efectiva implantación de las medidas de promoción y apoyo al trabajo autónomo.
En este ámbito de un mayor conocimiento de la figura del autónomo y de su labor empresarial, hay que destacar y felicitar a ATA por su iniciativa del denominado Barómetro del Autónomo, desde el que se realizan, de forma periódica, encuestas sobre distintos aspectos relacionados con la actividad de este colectivo para una mejor comprensión de sus necesidades y evolución.
A este respecto, ha sido de gran interés y muy ilustrativo el Barómetro del sector en Andalucía, dado a conocer este verano por ATA Andalucía en un acto celebrado en la Confederación de Empresarios de Málaga. Y de cuyos resultados cabe destacar que tres de cada cuatro autónomos andaluces (76,8 %) confían en que su negocio no empeorará en lo que queda de 2018 y de ese porcentaje, el 31,2 % espera que mejore en el segundo semestre. Aunque los datos son positivos, los autónomos andaluces bajan sus expectativas para la segunda mitad del presente año y sus previsiones son ligeramente más bajas que las registradas de media en el conjunto de España.
Gracias a este Barómetro se ha podido saber que las principales reivindicaciones de este colectivo siguen siendo acabar con la morosidad de las administraciones públicas, potenciar la jubilación activa, que los autónomos societarios puedan deducirse sus cotizaciones y mejorar la prestación de cese de actividad.
Ésta y otras iniciativas similares van encaminadas a un mayor acercamiento y conocimiento de la realidad de este importante colectivo, con el fin de reconocer la figura y la fortaleza de los autónomos, que han de formar parte también de ese gran Pacto por la Empresa en Andalucía propuesto recientemente por CEA.
Javier González de Lara y Sarria, Presidente de CEA.