LA FINANCIACIÓN DE LAS PYMES, FACTOR DE COMPETITIVIDAD

Artículo del Presidente de CEA en Andalucía Inmobiliaria Nº 129

Que Andalucía necesita más empresas y, sobre todo más competitivas, es una realidad incuestionable. Como lo es también que uno de los factores que pueden incrementar ese nivel de competitividad radica en la mejora de su financiación. Por eso la posibilidad de acceder a una financiación adecuada para los proyectos empresariales, especialmente en el caso de las pymes, es sin ningún género de dudas uno de los principales retos que hay que afrontar.

Asimismo, el hecho de que las empresas puedan contar con una financiación más fluida y diversa les permitiría alcanzar con una mayor facilidad otros retos como los de una mayor dimensión, apostar por la innovación y el talento de sus equipos, o dotarse de estructuras suficientes que les abran el camino a la internacionalización.

Por todo ello es por lo que venimos afirmando que, más allá de los recursos propios de las compañías, el acceso a la financiación ajena es esencial para que las empresas inviertan, innoven y crezcan y, en definitiva, sean más competitivas. Ello resulta singularmente necesario en el caso de las pequeñas y medianas empresas, que suelen encarar mayores costes de capital y unas condiciones financieras más estrictas que las empresas de mayor dimensión.

Pero es que además, los niveles de apalancamiento, la capitalización existente y los requerimientos de garantías exigen una necesaria diversificación de las fuentes de financiación a las que acceden las empresas.

En nuestro caso, en el mercado español, la oferta de financiación hacia la pequeña y la mediana empresa se encuentra fuertemente bancarizada. Y, aunque esta fuente seguirá siendo fundamental para las empresas, hay que tratar de complementarla con otras alternativas, que en nuestra Comunidad Autónoma se encuentran aún poco extendidas. Estas nuevas posibilidades no buscan competir con la banca tradicional, sino complementarla, ofreciendo mayores alternativas de financiación y capitalización a nuestras empresas.

También necesitamos soluciones que vengan a mejorar la eficiencia de nuestro marco financiero general y que, en definitiva, optimicen las posibilidades de acceder al capital para las pymes andaluzas. En este caso hay que incidir tanto en los problemas de acceso a la financiación, como en la modernización o diversificación de las modalidades que hoy se ofrecen, con el fin de poder cubrir en cada momento las necesidades específicas de nuestras empresas y de cada uno de los sectores de actividad.

En Andalucía disponemos de un instrumento de gran relevancia como son las Sociedades de Garantía Recíproca, que realizan una labor muy valiosa para facilitar el acceso de los empresarios y de las pequeñas empresas a la financiación. A este respecto, sería de gran estímulo que se apueste por ellas para reforzarlas, tanto en su estructura como en la dotación de herramientas que posibiliten multiplicar su labor.

Asimismo, es necesario ampliar el abanico de opciones e impulsar nuevos productos o instrumentos de financiación que vayan más allá del préstamo bancario, el descuento comercial o el arrendamiento financiero. Resulta especialmente importante modernizar nuestro marco financiero e ir hacia un sistema más basado en el riesgo, donde prime la financiación mediante participación en capital frente al préstamo, sobre todo en las fases iniciales.

Igualmente, hay que incentivar modalidades dirigidas a dotar de financiación a las empresas innovadoras y en expansión, como el mercado alternativo bursátil o el capital riesgo y derivados, como los préstamos participativos o los business angels. O también desarrollar todo lo relativo a las microfinanzas, así como adecuar en mayor medida las posibilidades de financiación de las empresas exportadoras y, en general, para la internacionalización.

Por otra parte, habrá que tener en cuenta cómo se aplican los nuevos instrumentos públicos en el Marco de Apoyo Comunitario con el horizonte 2020. Unos instrumentos que, en todo caso, deberían destinarse a atender necesidades no cubiertas o no atendidas suficientemente por la financiación privada que se negocia a través del mercado.

Una actuación pública que deberá acometerse respetando el principio de subsidiariedad frente al sector privado, apoyándose en la profesionalidad y especialización de los intermediarios financieros existentes. Se trata de impulsar al mercado financiero para que se posibilite un efecto multiplicador, dirigido a diversificar la oferta de financiación para favorecer el crecimiento y la competitividad empresarial y la mejora de la estructura financiera de las empresas andaluzas.

En conclusión, las nuevas posibilidades de financiación ayudarán a superar un elemento crítico del tejido empresarial andaluz, su tamaño, permitiendo a nuestras empresas afrontar la apuesta estratégica por la innovación, la calidad, el talento, la capacitación y la internacionalización. La existencia de empresas con mayor dimensión y con acceso diverso a la financiación son elementos que se hacen imprescindibles para asentar con garantía la recuperación económica y poder actuar en unos mercados cada día más interconectados, globales y, en definitiva, más competitivos.

Javier González de Lara y Sarria, Presidente de CEA.