7 de enero de 2021.
Maximizar el impacto de los fondos europeos en las empresas andaluzas es posible. La hoja de ruta del Gobierno podría incorporar numerosas consideraciones y aportaciones desde la perspectiva de quienes creamos empleo.
Una cantidad de información abrumadora. Un ritmo vertiginoso en la generación de noticias. Es el sino de nuestros días en una coyuntura histórica. Y, así, es comprensible y humano que a veces no reparemos en su justa medida en las respuestas igualmente excepcionales que brindan algunas administraciones. No serán todas las respuestas deseadas, pero existen.
Me estoy refiriendo a la Unión Europea, a la que se ha de reconocer la talla demostrada con una contestación sin parangón a la realidad de la COVID-19. En rigor, y en sólo cuatro meses, la UE ha dado luz verde a la mayor movilización de recursos de la Historia. Son casi dos billones de euros los sumados entre el Marco Financiero Plurianual 2021-2027 y el Plan Europeo de Recuperación (Next Generation EU), con 140.000 millones asignados a nuestro país. Al cierre de estas líneas, la Comisión Europea tiene sobre la mesa una sombría caída media del PIB del 7,4% para 2020. De ahí esta reacción, plausible, que no sólo aspira a la recuperación del escenario económico anterior a la pandemia sino a modernizar el modelo productivo europeo. Más resiliente, más sostenible, más digital. Ese es el horizonte ansiado.
Volviendo sobre las prospectivas de la Comisión, y ajustando el objetivo a nuestro país, España encara un 2021 difícil. La caída del 12,4% del PIB en 2020 es la mayor de todos los países europeos. Un muy dudoso honor que nos sitúa entre los Estados más castigados por el coronavirus. Por eso, los Presupuestos Generales del Estado para 2021 y el Plan “España Puede” serán determinantes para construir confianza y estabilidad. Juntas son el primer peldaño para la recuperación.
Alineados con CEOE, los empresarios andaluces creemos que los esfuerzos deben concentrarse, ya desde estos primeros compases de 2021, en reformas ambiciosas y en inversiones que también lo sean. Y no dejaremos de subrayar desde la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) que existen otros elementos complementarios claves. Estos pueden ayudar a generar un impacto real y hondo de esas inversiones en nuestras pymes o todo lo contrario: una burocracia ágil, sin trabas, y una política fiscal sensible, que no añada presión a la actividad económica, son vitales.
Siempre hemos procurado que así sea y es preciso que hoy nos defina como nunca nuestro sentido de Estado, la lealtad institucional y la independencia. Y desde esos rasgos identitarios, en CEA observamos aspectos que el Plan “España Puede” del Gobierno podría incorporar de forma adicional. Consideraciones, -compartidas con CEOE-, contrastadas con el Plan Europeo de Recuperación.
En primer lugar y siendo las empresas las que están sufriendo los efectos de la pandemia, el sector privado debiera verse dotado de un mayor peso en el reparto de los fondos europeos. El 50% actual podría ser del todo insuficiente para asegurar el “efecto palanca” deseado. Para que pymes y autónomos lideren los proyectos es fundamental robustecer la colaboración público-privada hasta, al menos, un 66%.
En segundo lugar, subrayamos la importancia de la reindustrialización de nuestra economía. ¿Cómo alcanzar ese peso del 20% sobre el PIB del sector industrial que marca como objetivo la UE si no se le dedican más recursos? Hoy representa el 16% del PIB. Las metas son inalcanzables sin mimbres con los que enfrentarlas.
Y, en tercer lugar, volveré a insistir desde estas páginas en lo perentorio de unas reformas estructurales. Lo hago no sólo desde la convicción personal sino apoyado en las recomendaciones del Semestre Europeo 2020 del Consejo de la UE. Esas reformas son el pasaje a la modernización y flexibilización de nuestra economía. Su crecimiento potencial mejoraría al aumentar también la productividad.
De este modo, planifíquese a medio plazo la necesaria consolidación fiscal. Reduzcamos la deuda pública, tan abultada, y el déficit público estructural que arrastramos. Eso, sobre la fiscalidad. Respecto a la Administración pública, aspiremos a la excelencia y mejoremos la coordinación entre los distintos territorios y niveles de gobierno. Un marco de contratación pública fortalecido, con unidad de mercado, que abogue por la simplificación administrativa reduciendo la complejidad burocrática. Ese es el anhelo; podemos ser más eficientes.
El envejecimiento de la población es un reto creciente y buscar mecanismo que aseguren la sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones sigue siendo una asignatura pendiente. Como lo es también, en Educación, afrontar el déficit de capital humano y tecnológico. ¿Dónde si no es en las aulas comienza a lastrarse la productividad? Nuestro crecimiento como sociedad principia ahí.
Desde esta perspectiva empresarial e, insisto, desde la debida lealtad institucional, la patronal andaluza quiere contribuir, sumar en el plan “España Puede”. Una hoja de ruta en la que, para maximizar el impacto de los fondos europeos, a las ideas expuestas habría que añadir un ítem más: los incentivos fiscales y los avales públicos deben complementar las ayudas EU para proteger nuestro sistema productivo. Encontremos un escudo para nuestras pymes y autónomos. Garanticemos su liquidez tanto como se prolongue esta pandemia, cada día más cerca de término y, sin embargo, aún persistente.
Javier González de Lara y Sarria. Presidente de CEA.
Agenda de la Empresa. Artículo. Inventemos el futuro entre todos.