LA MEJORÍA DEL EMPLEO NECESITA ESTABILIDAD POLÍTICA Y AVANZAR EN LAS REFORMAS

Valoración de CEA sobre los datos de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2016

La Confederación de Empresarios de Andalucía considera, en su valoración de la última Encuesta de Población Activa (EPA), que para consolidar la actual tendencia de mejora del mercado laboral en Andalucía es necesario que la estabilidad política nacional sea un hecho constatado y que ésta permita avanzar en las reformas necesarias para aprovechar el actual crecimiento económico y el mejor comportamiento del empleo.

En este sentido, hay que destacar los datos positivos de la EPA del tercer trimestre del año, con un descenso del paro en Andalucía de 27.300 personas, lo que sitúa a nuestra región con 1.133.800 parados, que supone una tasa de paro del 28,52%. Unas cifras absolutas que todavía siguen siendo muy preocupantes, aunque se compensan con la tendencia interanual de mejora de nuestro mercado laboral, pues si comparamos la situación con el pasado año, ahora tenemos 148.200 parados menos.

Según este último dado, en nuestra Comunidad se ha producido, términos absolutos, la mayor bajada del paro interanual, lo que nos confirma la desaceleración del desempleo a la que asistimos en los últimos meses. Pero, como indican las cifras absolutas negativas, aún nos queda mucho camino por recorrer para hablar de una recuperación definitiva, sobre todo si nos comparamos con la media española, ya que nuestra tasa de paro aún se sitúa diez puntos por encima de esa media.

En los próximos días conoceremos por fin el nuevo espacio político en el que nos moveremos. Si se supera la actual situación de paralización, que es lo más probable, se abriría una nueva etapa cargada de medidas en todos los ámbitos, entre ellos el laboral. Estas medidas necesariamente se han de encaminar a proporcionar la estabilidad y los medios que necesitan nuestros empresarios para crear empleo, con menos trabas burocráticas, mayor seguridad jurídica, certeza económica, menos presión fiscal y costes sociales más reducidos.