En América Latina, por ejemplo, los pueblos indígenas se encuentran entre los más pobres. En Bolivia, las comunidades indígenas representan alrededor del 44% de la población, pero representan el 75% de los pobres multidimensionales.
Las diferencias en la llamada “pobreza multidimensional” entre grupos étnicos son sistemáticamente altas en muchos países, según un nuevo informe publicado este jueves.
El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) mundial, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la ONU y la Iniciativa de Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano, muestra también que en nueve grupos étnicos específicos encuestados, más del 90% de su población está atrapada en la pobreza.
Además de los ingresos, el Índice mide la pobreza mediante varios indicadores, como la salud deficiente, la educación insuficiente y el bajo nivel de vida.
La investigación para el informe se ha llevado a cabo en 109 países y abarca 5900 millones de personas. Presenta, además, un desglose por etnia, raza y casta, en 41 naciones.
Diferencias entre regiones
Dentro de un país, la pobreza multidimensional entre los distintos grupos étnicos puede variar enormemente.
En América Latina, por ejemplo, los pueblos indígenas se encuentran entre los más pobres. En Bolivia, las comunidades indígenas representan alrededor del 44% de la población, pero representan el 75% de los pobres multidimensionales.
Las cifras son también muy reveladoras en la India, donde cinco de cada seis personas en situación de pobreza pertenecen a «tribus o castas inferiores», según el citado Programa.
Soluciones
Para proponer soluciones a este problema, los autores ponen de ejemplo a los dos grupos étnicos más pobres de Gambia, que tienen más o menos el mismo valor en el Índice, pero tienen diferentes privaciones, para mostrar que se necesitan diferentes acciones políticas para encontrar soluciones efectivas para los diferentes casos.
En cuanto a la cuestión del género, el informe muestra que, en todo el mundo, cerca de dos tercios de las personas multidimensionalmente pobres, es decir, 836 millones, viven en hogares donde ninguna mujer o niña ha completado al menos seis años de escolarización.
Además, una sexta parte de todas las personas en esta situación, unos 215 millones, viven en hogares en los que al menos un niño o un hombre ha completado seis o más años de escolarización, pero ninguna niña o mujer lo ha hecho.
El informe también constata que estas mujeres y niñas corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica.
Principales conclusiones
En los 109 países estudiados, un total de 1300 millones de personas son multidimensionalmente pobres.
Aproximadamente la mitad de estas personas, 644 millones, son menores de 18 años, y casi el 85% vive en el África subsahariana o en el sur de Asia. Más del 67% vive en países de renta media.
Vivir en la pobreza multidimensional puede significar cosas muy distintas.
Alrededor de 1000 millones de personas, por ejemplo, se ven expuestas a riesgos sanitarios debido al uso de combustibles sólidos para cocinar, otros 1000 millones viven con un saneamiento inadecuado, y otros 1000 millones habitan en viviendas precarias.
Alrededor de 788 millones de personas viven en hogares con al menos una persona desnutrida, y unos 568 millones carecen de fuentes de agua potable en un radio de 30 minutos a pie.
Para el administrador del Programa de Desarrollo, Achim Steiner, es tan solo un recordatorio «de la necesidad de tener una visión completa de cómo la gente se ve afectada por la pobreza, quiénes son y dónde viven».
Steiner también destaca el factor de la pandemia por COVID-19 y recuerda que la comunidad internacional «todavía está luchando por comprender todos sus efectos».
Progresos
A pesar de que la pobreza multidimensional sigue siendo elevada, en algunos países ha habido signos de progreso, al menos hasta el comienzo de la pandemia.
De las 80 naciones y 5000 millones de personas de las que hay datos, 70 naciones redujeron su Índice de pobreza multidimensional en al menos un período. Los cambios más rápidos se produjeron en Sierra Leona y Togo.
La directora de la Iniciativa de Oxford para la Pobreza y el Desarrollo Humano de la Universidad de Oxford, Sabina Alkire, insistió en la necesidad de arreglar las desigualdades estructurales que oprimen y obstaculizan el progreso.
Para ella, el desglose de los datos de pobreza multidimensional por etnia, raza, casta y género «desenmascara las disparidades y constituye una guía vital para que los responsables políticos no dejen a nadie atrás en la última década de acción».