En un acto celebrado en la ciudad japonesa de Nagasaki por el 75 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre esa localidad nipona, el Secretario General de la ONU recordó que los progresos en materia de desarme nuclear están en peligro debido a la ruptura de los acuerdos diseñados para reducir este tipo de armamento.
Nagasaki constituye un ejemplo de resistencia, recuperación y reconciliación y sus habitantes no quedaron marcados por el bombardeo atómico que sufrieron hace 75 años, sino que dedicaron todos sus esfuerzos a evitar que una catástrofe de este tipo nunca ocurra en otra ciudad o pueblo, señaló este domingo la alta representante de las Naciones Unidas para Asuntos de Desarme.
Durante la Ceremonia en recuerdo del septuagésimo quinto aniversario del lanzamiento de la bomba atómica en la localidad nipona, Izumi Nakamitsu, en nombre del Secretario General António Guterres, rindió homenaje a los supervivientes de la tragedia quienes durante décadas tuvieron que soportar penurias sanitarias, económicas y sociales.
“En lugar de permanecer cautivos de ese sufrimiento, han transformado su difícil situación en una señal de alarma sobre los peligros que representan las armas nucleares y en un ejemplo del triunfo del espíritu humano”, señaló la secretaria general adjunta de asuntos de desarme.
Sin embargo, Nakamitsu advirtió que tres cuartos de siglo después del bombardeo de Nagasaki la amenaza nuclear sigue creciendo.
“La posibilidad de que las armas nucleares sean usen ya sea de forma intencionada, por accidente o error de cálculo, es muy alta. Las armas nucleares se han modernizado y son más sigilosas, más precisas, más rápidas y peligrosas”, explicó.
Añadió que las relaciones entre los Estados poseedores de arsenales nucleares “son precarias”, y que se caracterizan “por la desconfianza, la falta de transparencia y la escasez de diálogo”.
Las guerras nucleares no tienen un vencedor
Nakamitsu recordó que los progresos en materia de desarme nuclear están en peligro debido a la ruptura de acuerdos e instrumentos diseñados para reducir este tipo de armamento y lograr su eliminación. “Se debe revertir esta alarmante tendencia”, advirtió.
Para que se produzca este cambio indicó que “la comunidad internacional debe recuperar el criterio de que una guerra nuclear no se puede ganar y nunca se debe librar. Es urgente detener la erosión del orden nuclear. Todos los países que poseen armas nucleares tienen la obligación de ejercer liderazgo”.
Al mismo tiempo, señaló que la décima conferencia de examen del Tratado sobre no proliferación de las armas nucleares ha de servir para reanudar el trabajo conjunto entre naciones.
“Hoy, digo, una vez más, no puede haber más Hiroshimas, ni más Nagasakis”, finalizó Nakamitsu.